ROTH

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pensamientos

jueves, 1 de octubre de 2009

EL HOMBRE QUE ME ODIA

Contento debe estar
y agradecido
ha trascendido
la insignificancia
fue hallado por un sentimiento noble
un adversario capaz
una cercana estrella

ahora

existe doblemente

no terminan sus actos
en la pocilga del hogar
la codicia de su empleo
las tristes apetencias
el muro de la muerte

odia
y siente
a veces
que nada importa
salvo esa herida
esa imposible venganza contra un ser
incomprensible

mis días
son tinieblas
abismos

aprieta el maxilar
riega el desprecio

y se emociona
y tiembla
como un niño santo

el pobre hombre que me odia
preocupado debe estar
de su tesoro

lo entierra y desentierra
a ver si merma
o ha crecido

el odio es algo extraño
para el
algo muy nuevo
todavía

no sabe
el desdichado
que he de acompañarlo siempre
aún desde la tumba

que es mi deudor
mi amante

el hombre que me odia
cada vez
esperanzado

vivo al fin


habitado por lo extraordinario.